Vamos a buscar la explicación a los sueños en los que aparecen anillos o alianzas. Pero antes que nada, sería bueno calibrar la importancia del sueño, es decir, la intensidad de la impresión que nos ha causado y las emociones que haya removido.
Soñar con alianzas
Dicho esto, hay que saber que todas las formas que derivan de la circunferencia, como son las sortijas, los aretes y los cintos son un símbolo tanto de continuidad y totalidad por un lado pero son al mismo tiempo elementos que aíslan y protegen.
Por ejemplo, el anillo de casados, viene a simbolizar la voluntaria subordinación y unión a la pareja y el momento de la boda, cuando se intercambian las alianzas supone la mutua supeditación del uno al otro, a la vez que significa que mutuamente se protegerán.
Soñar con anillos
En el caso de un anillo engarzado con piedras preciosas, el significado sería similar pero unido al simbolismo de la piedra preciosa a la que hace de soporte. Se tiene que ligar el significado genérico de la alianza matrimonial con el de la piedra, como en el caso de Prometeo y Hércules descrito en la mitología griega: Prometeo es liberado por Hércules pero con la condición de que tendrá que llevar un anillo en el que se habrá incrustado un trocito de la roca a la que había estado encadenado, para que de esta manera aún siguiera atado a esa roca de alguna manera.
Lo que hay que tener en cuenta es el simbolismo de ese anillo que hemos visto al soñar, quiero decir, que lo que le pasa al anillo es lo que le ocurre a la relación (vínculo) que el anillo representa (simboliza).
Si sueñas que se rompe la alianza, se está presagiando una ruptura de los lazos matrimoniales, bien sea por divorcio o porque existe adulterio. Soñar con devolver el anillo, revelaría la disolución de ese enlace matrimonial.
Si en el sueño pierdes el anillo, esto presagiaría discusiones y desavenencias con la persona que nos lo regaló. Y si en el sueño, le estás poniendo un anillo a alguien, se está mostrando un deseo de dominar a esa persona, ya sea con un propósito de dominación afectiva, espiritual o material.
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